La contaminación y los desechos han llegado a niveles realmente alarmantes, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), anualmente, a nivel global se recolectan 11,200 millones de toneladas de residuos sólidos, los cuales representan un grave problema para el medio ambiente y los ecosistemas, por lo que para mitigar dicha situación se requieren de acciones y estrategias, el reintegrar los materiales de los residuos, es una de las más conocidas, pero, ¿en serio vale la pena reciclar?
Reciclar es una de las formas más sencillas en que las personas podemos colaborar con el cuidado y conservación del medio ambiente. Dado que, al vivir y participar en una sociedad de consumo, tenemos la responsabilidad de disminuir al máximo el impacto ambiental que nuestras necesidades provoca. Es así que el reciclaje se ha convertido en una herramienta fundamental para apoyar a nuestro planeta.
Incluso el asunto es tan importante que forma parte de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, específicamente el número 12 “Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles” y con el cual se pretende disminuir de forma importante la generación de desechos mediante políticas de prevención, reducción, reciclaje y reutilización.
¿Qué es reciclar?
Como lo explica la Environmental Protection Agency (EPA)
de Estados Unidos, el reciclaje consiste en «recolectar y procesar materiales que de otro modo serían desechados como basura y convertirlos en nuevos productos». Para lograrlo, primero se deben clasificar los desechos dependiendo su composición, esto ayudará mucho a que se pueda explotar su capacidad de reintegrarse.
Una manera de hacerlo es por medio del uso de contenedores de colores en los que se diferencien los residuos en:
- Amarillo: Envases, botellas de plástico o metal, cabe señalar que estas deben ir limpios.
- Azul: Papel y cartón, siempre y cuando estén limpios, es decir que no contengan ningún tipo de materia orgánica.
- Verde: Vidrio, es decir, botellas, frascos o tarros; es importante indicar que los artículos hechos de cristal como bombillas, espejos, vasos, etc, no pueden colocarse aquí, ya que deben ser tratados en centros de reciclaje más especializados.
- Marrón: Desperdicios orgánicos, aquí se depositan restos de comida, frutas, verduras, cáscaras y papeles de cocina y servilletas usadas En este contenedor deben depositarse los restos de alimentos, plantas, cáscaras y papel de cocina usados. Estos pueden convertirse en una composta casera.
- Gris: Residuos no reciclables o desechos.
De esta forma notarás que vale la pena reciclar, pues al ver separados y ordenados los residuos será más fácil reintegrarlos, incluso dentro de tu hogar. Otro aspecto importante a destacar del reciclaje es que para separar la materia prima y volverla a reutilizar, existen dos maneras de hacerlo: de forma mecánica o química.
En la primera se separan los materiales, se limpian, trozan, lavan y se apilan. Mientras que en la segunda, mediante a ciertos procesos químicos, se degradan los residuos para conseguir moléculas y crear un materia prima «nueva», lo anterior se hace por medio del fuego, hidrógeno, uso de oxígeno o el craqueo, es decir temperaturas muy altas.
¿Vale la pena reciclar?: 10 ventajas
Como se puede ver el darle un nuevo uso a los desperdicios implica un esfuerzo variado, por lo que te presentamos algunas ventajas que te explican el porqué sí vale la pena reciclar:
1. Conservación de los recursos naturales
Cada año, el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra,
nos recuerda que nuestra manera de explotar los recursos naturales ha sobrepasado los que nos da la naturaleza. Esta forma desmedida de extraer, conlleva graves consecuencias, ya que incluso se reporta que se necesitan 1.7 planetas para satisfacer la demanda de las actividades humanas.
Del mismo modo, como lo indica el portal especializado Ecología verde, la escasez y agotamiento de los recursos naturales acarrea problemas como: fragmentación y desestabilización de los ecosistemas, extinción de especies, o la desaparición de insumos insustituibles.
Por lo que entender que los recursos naturales son limitados, ayudará a saber que vale la pena reciclar y darles un mejor uso, pues esto es el objetivo del reciclaje: aprovechar lo que ya se tiene, en lugar de desecharlo.
2. Forma parte de una industria que genera empleos
El reciclaje se ha constituido ya como un sector de producción, y es que como ya se explicó, implica un proceso cuidado que va desde la separación de residuos hasta la investigación para crear materiales que sean más fáciles de reintegrar.
Debido a que esta actividad forma parte de una transición a una economía más verde y que cada vez más empresas y personas se ven interesadas en el reciclaje, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que en los siguientes 15 años se podrían generar 60 millones de empleos relacionados con el sector.
Con las estrategias de sostenibilidad rondando con más fuerzas las grandes corporaciones y los gobiernos, sin duda la industria del reciclaje tendrá un gran impulso, que beneficiará a quienes se dedican a la recolección y administración de residuos, lo que además de contribuir al medio ambiente podría generar una mejoría social en sectores vulnerables.
3. Protección de la biodiversidad
Debido al sistema actual de extracción y uso de recursos naturales, se estima que para el año 2100 se haya perdido un 17% de la biodiversidad —entendiendo esta como la variedad de formas de vida— del planeta y que casi el 50% del suelo terrestre estará diseñado para la ocupación humana. El daño a la biodiversidad en muchas ocasiones es irreversible e implica afectaciones tanto para los entornos como para las comunidades.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) describe que el desarrollo de la sociedad moderna ha «simplificado o incluso devastado hábitats y ecosistemas» y que la contaminación por desechos sólidos fomenta dicha problemática. Derivado de esto, ya que tanto la explotación como el deterioro por desechos de los ecosistemas impactan directamente en la biodiversidad, vale la pena reciclar: esta acción evita ambas.
4. Contribuye a la reducción de energía
El proceso de reciclaje de materiales como el aluminio, el plástico, el vidrio o papel requiere de mucha menos energía que el proceso de producción desde cero. Por ejemplo,
en el caso de este último, una tonelada de papel virgen necesita de 7,000 kilowatts por hora (kWh) de energía —esto ha hecho que esta industria sea el quinto sector en consumo de energía a nivel mundial—. Mientras que generar la misma cantidad pero de papel reciclado solo se emplean 2,500 kWh.
Esto demuestra que el reciclaje puede beneficiar de muchas formas, ya que al consumir menos energía también se evita que incremente la producción de gases de efecto invernadero (GEI) como el CO2, principal factor del cambio climático.
5. Permite reducir la contaminación
Las correcta gestión de los desechos sólidos
es una importante herramienta para nuestro medio ambiente, ya que estos tiene un alto costo en cuanto a contaminación, dado que dañan el aire, el suelo y el agua. La sobreocupación en los vertederos es un asunto que puede tratarse desde cualquier parte de la cadena de valor de un producto, y el reciclaje es una opción muy favorable.
La gran mayoría de artículos que empleamos contienen aditamentos (como envolturas) o están hechos para ser de un solo uso (pañales u otros productos desechables), por lo que saber cómo gestionarlos y separarlos puede ayudar a que sea más fácil tratarlos.
6. Resulta económicamente beneficioso
A un nivel macroeconómico, una cultura de reciclaje tiene un impacto importante debido al eficiente aprovechamiento de los recursos de un país, la disminución en el costo de mantenimiento de los depósitos de basura, se fortalece una industria y se generan y mantienen nuevos empleos. Asimismo, se pueden ver resultados en nuestra propia economía al dejar de consumir otros productos y optar por reciclar.
Pero no es todo, vale la pena reciclar por todo el ahorro de insumos y materias primas que tiene, según lo señala un artículo de Animal Político, con dos millones de botellas de PET recicladas en 2020, en México se ahorraron 44 mil litros de agua, 26 mil millones de kWh y 5 mil millones de toneladas de CO2 no llegaron a la atmósfera.
7. Se crea una conciencia ambiental
No hay nada más peligroso que la ilusión de pensar que “los recursos son ilimitados”, por ello, una cultura de reciclaje aumenta el respeto por la naturaleza y los bienes que nos brinda, puesto que nos lleva a la reflexión acerca de sus límites y nos permite buscar y encontrar nuevas maneras de optimizar en qué se utilizan.
Ante esto, cuando se inicia con acciones como el reciclaje, las personas vamos dimensionando el papel que tenemos dentro de contribuir al mundo. Esto puede llevarse a cabo desde la infancia, lo que fomentará y fortalecerá el compromiso de las y los niños con los recursos naturales y ecosistemas.
8. Combate el calentamiento global
El planeta se calienta y este problema ha sido planteado por muchos especialistas como uno de los más grandes retos que tiene la humanidad, dado que de no limitar el incremento de la temperatura en menos de 1.5 °C, las consecuencias podrían ser catastróficas, y aunque en el presente ya se está notando el impacto que tienen el cambio climático, con la crisis por COVID-19 y la guerra en Ucrania, los esfuerzos por evitar que suban los termómetros se han visto frenados.
Por lo que, hoy más que nunca vale la pena reciclar, pues al hacerlo evitamos que haya más desperdicios, que los rellenos sanitarios crezcan o que los residuos terminen contaminando suelos, mares o ríos, asimismo, el reciclaje provee de reducciones en el consumo de energías que a su vez impactan directamente en las emisiones GEI.
9. Una cultura de reciclaje promueve la búsqueda de nuevas prácticas verdes
Cuando se logra adoptar una cultura de reciclaje, la gente comienza a fijarse en el uso de ecotecnologías, energías alternas y busca opciones más ecológicas para implementar en sus actividades diarias, con el objetivo de reducir su impacto, así como los niveles de contaminación.
Pero esta cultura nace del conocimiento previo, por lo que es fundamental que antes de comenzar con acciones verdes, entendamos su trascendencia, por ejemplo, saber cómo impacta en los mares el uso de plásticos desechables, o cómo ciertos hábitos alimenticios fomentan la extinción de especies.
10. Fortalece el tejido social
La última ventaja de por qué vale la pena reciclar es que ayuda a crear vínculos entre las familias y vecinos, pues al incorporar actividades de este tipo se puede fortalecer la unión y solidaridad, pues el reciclaje requiere de colaboración y de implementar tareas comunitarias.
En este sentido cabe señalar que un sistema de residuos más sustentable mejorará la limpieza de la comunidad y permitirá la concienciación de todos los propietarios con el cuidado del medioambiente», así que impulsará el compromiso personal y colectivo con el medio ambiente.
Por ello, ante la pregunta de si vale la pena reciclar, la respuesta es sí, debido a que de no hacerlo, como lo explica el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se generan panoramas negativos como son:
- Falta de espacio para el tratamiento de residuos.
- Desaparición de los recursos naturales.
- Aumento de la contaminación.
- Desaparición de ecosistemas y hábitats naturales.
¡Sé parte de la solución y recicla!
Fuente: Expok News