Los científicos adelantan una década sus previsiones para el Ártico si se mantienen las actuales condiciones de calentamiento global.
Ha habido que esperar cuatro millones de años, pero el próximo 1 de septiembre de 2035 el planeta podría amanecer con el insólito aspecto de un Polo Norte sin hielo. En vez de un casquete polar, lo que veremos será una masa de agua azul en una especie de rotonda que bañe las costas de Canadá, Rusia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Estados Unidos, Suecia y Finlandia.
En los últimos 25 años, la cantidad de hielo marino del Ártico en verano ha disminuido en más de un millón de kilómetros cuadrados. Como resultado, vastas áreas del Polo Norte ahora están, en promedio, libres de hielo en verano. Pero según un artículo que acaba de publicar Nature, el Ártico podría quedar totalmente libre de hielo un septiembre entre 2035 y 2067, lo que supone 10 años antes de lo previsto.
A mediados de siglo, es probable que el Ártico pase un mes entero sin hielo flotante en septiembre, cuando la cobertura de hielo de la región sea mínima. A finales de siglo, la temporada sin hielo podría durar varios meses al año, dependiendo de los futuros escenarios de emisiones. Por ejemplo, en un escenario de altas emisiones, es decir, que todo siga igual, la región más septentrional del planeta podría quedar constantemente libre de hielo incluso en invierno.
Para los científicos, un Ártico sin hielo no significa que no habrá hielo en el agua, sino cuando tiene menos de un millón de kilómetros cuadrados. El umbral representa menos del 20% de lo que era la capa de hielo mínima estacional de la región en la década de 1980. En los últimos años, el Océano Ártico tenía en septiembre alrededor de 3,3 millones de kilómetros cuadrados de superficie de hielo marino como mínimo.
Alexandra Jahn, profesora asociada de ciencias atmosféricas y oceánicas y miembro del Instituto de Investigación Ártica y Alpina de CU Boulder, analizó la literatura existente sobre proyecciones de hielo marino y datos de la cobertura del hielo a partir de modelos climáticos computacionales, para evaluar cómo el Ártico podría cambiar diariamente en el futuro.
Las emisiones de gases de efecto invernadero son, para Jahn, el principal responsable de la pérdida de hielo marino. Una disminución de la capa de nieve y hielo aumenta la cantidad de calor procedente del sol que absorbe por el océano, acelerando el derretimiento del hielo y el calentamiento en el Ártico.
La disminución del hielo marino tiene impactos significativos en los animales del Ártico que dependen del hielo marino para sobrevivir, incluidas las focas y los osos polares. A medida que el océano se calienta, peces no nativos se trasladarán a este escenario con consecuencias todavía impredecibles.
El hielo marino juega además un papel importante a la hora de amortiguar los impactos de las olas del océano en la costa. A medida que el hielo marino retrocede, las olas del océano se harían más grandes, provocando erosión costera.
Si bien un Ártico sin hielo es inevitable, Jahn explica que en un escenario de emisiones intermedio, donde se encuentra la sociedad actual, el Ártico podría quedar libre de hielo sólo a finales de verano y principios de otoño, de agosto a octubre. Pero en un escenario de mayores emisiones, el Ártico podría estar libre de hielo durante nueve meses a finales de este siglo.
«Incluso si las condiciones sin hielo son inevitables, aún debemos mantener nuestras emisiones lo más bajas posible para evitar condiciones prolongadas sin hielo», dijo Jahn.
Fuente: El Mundo