La arquitectura regenerativa implica repensar los espacios, hacer conciencia del contexto en el que existen; de que independientemente de las divisiones políticas, los territorios son sistemas que poseen una vida propia.
CDMX. Iniciativa Climática de México (ICM) realizó la tercera edición de la serie de conversatorios virtuales «Tu vida cotidiana y el cambio climático», en esta ocasión tuvo lugar la conversación titulada «Arquitectura, aliada en la lucha contra el cambio climático» conducida por Mariana Díaz, líder del proyecto Contribución Determinada a Nivel Nacional desde Sociedad Civil de ICM.
Dichas sesión se enfocó en resaltar el papel de la arquitectura como una disciplina que propone soluciones físicas, sociales y de conducta para la acción climática, el invitado fue Emiliano García Martín, cofundador de Agencia Social de Paisaje (ASPJ), quien reflexionó sobre arquitectura regenerativa y cambio climático.
La conversación se enfocó en resaltar el papel de la arquitectura regenerativa como una ventana de posibilidad para repensar los espacios comunes, hacer conciencia del contexto en el que existen y comprender que los territorios –independientemente de las divisiones políticas– son sistemas que poseen un diseño natural y una dinámica particular que incluyen lo geológico, orográfico, hidrológico, biológico y, también, lo comunitario y cultural.
Mariana Díaz recordó que esta serie de conversatorios se enmarca en el proyecto «Contribución Determinada a Nivel Nacional desde Sociedad Civil»; una propuesta elaborada y sustentada en investigación científica de 88 medidas de mitigación de gases y compuestos de efecto invernadero para 6 sectores que, de implementarse en su totalidad, México podría reducir significativamente sus emisiones contaminantes –30% de las emisiones en el escenario no condicionado– y cumplir, así, con los compromisos climáticos que México ha suscrito a nivel global en el Acuerdo de París, encaminados a mantener el aumento de la temperatura del planeta pode debajo del 1.5 grados Celsius.
García Martín señaló que se requiere de «un cambio de estructura de pensamiento y siempre considerar el contexto» para que la relación entre el mundo natural y nosotros se regenere, se redimensione. Explicó cómo la geología define la hidrología, lo que a su vez genera un tipo de vegetación, y, por ende, se crea cierta comunidad o región específica, e indicó que no se trata de traer modelos que funcionaron en otros lugares, sino de hacer conciencia de «dónde estamos parados» y conocer a profundidad el contexto para crear espacios que dialoguen entre sí.
«Hay un tipo de amnesia en la forma en la que gestionamos nuestros recursos, por lo que es necesario conectar con nuestra realidad». Por ejemplo, al hablar del agua, el especialista apuntó que no es que exista una carencia de agua, sino que el manejo y entendimiento del ciclo hidrológico, del abastecimiento, del uso, de su origen es lo que está desvinculado de nuestro día a día y es el vínculo que se tiene que restablecer.
Frente a un escenario en el que el IPCC señala que se acabó la era del calentamiento global e inició la era de la ebullición global, García Martín dice que sí es posible establecer procesos regenerativos incluso en las peores condiciones. «Técnicamente, existen las herramientas para establecer procesos regenerativos en contextos que parecen terminales, como el de la Ciudad de México».
Mariana Díaz indicó que lo más importante de los ejercicios regenerativos es hacer conciencia de nuestro día a día con el medio ambiente y con la naturaleza. A lo que García Martín abonó acuñando el nuevo término de «arquitectura Gestalt», que tiene que ver con hacer una inmersión profunda de los vínculos con la naturaleza que permita hacer conciencia del día a día y de la manera de vivir, incluyendo a los tomadores de decisiones, especialmente, a aquellos vinculados con la construcción de las políticas públicas.
Un ejemplo de arquitectura regenerativa en México es en torno a la reflexión sobre el uso de madera en las estructuras de edificios; un material que se llama Cross Laminated Timber (CLT) el cual permite construir edificios de 20 pisos con un material que viene de procesos regenerativos. «Con el uso de madera, como un material renovable, generas suelo, se cosecha agua, se regeneran los mantos freáticos; y cuando sumas estos elementos, la ecuación se vuelve mucho más rica», apuntó García Martín.
A modo de propuesta, indicó que es importante que tomadores de decisiones se involucren en inmersiones profundas y en diferentes niveles con los vínculos de la naturaleza; hacer una «lecturaleza». Comentó que esto significa hacer una pausa y entrar al sistema vivo completo y así generar reflexiones más profundas.
En este sentido, dijo que un campo que no se ha aprovechado lo suficiente en México es el potencial del bosque maderable renovable para producir materiales vis a vis la importancia que se le ha dado a la producción petrolera. Agregó que, en nuestro contexto y territorio, una economía basada en recursos renovables podría alimentar una industria no sólo más redituable sino más sostenible y respetuosa del medio natural.
Emiliano cerró su reflexión hablando de que en este enfoque de la arquitectura -el enfoque regenerativo o «Gestalt»-, es fundamental comprender el ciclo completo de los procesos y las dinámicas, y conocer profundamente los elementos que constituyen los territorios antes de decidir cuáles materiales utilizar. «Cambiar el material significa cambiar la dinámica alrededor de ese material». Resaltó la importancia de tomar conciencia de que utilizar materiales renovables no necesariamente es lo que garantizará restablecer de nuevo el diálogo entre el espacio intervenido y el territorio.
Cabe mencionar que la ICM es una organización de la sociedad civil dedicada a fortalecer las acciones de mitigación de gases de efecto invernadero en el país.
Fuente: Portal Ambiental