Derivadas de las actividades industriales, la generación de energía y el uso de combustibles fósiles, cada año se liberan más de 30 gigatoneladas de CO2 a la atmósfera terrestre, la principal fuente de gases de efecto invernadero (GEI), causantes del cambio climático.
Sin embargo, no todos los países enfrentan el mismo nivel de responsabilidad con respecto al problema ambiental, pues los mayores contaminadores deberían tomar medidas para reducir sus emisiones de carbono y asumir el costo por los daños. Pero, ¿lo harían? Una investigación reciente podría ser un potencial instrumento para los litigios sobre el clima, de acuerdo con The Guardian.
¿Quién es la nación con más emisiones dañinas?
Aunque existen muchas maneras de comparar la responsabilidad que tienen los Estados en el cambio climático, si hablamos de emisiones de GEI, Estados Unidos es responsable de una enorme cantidad de gases que calientan el planeta. Lo anterior, lo ha reportado un nuevo estudio —a cargo de Chris Callahan, investigador del Dartmouth College— sobre la pérdida económica general. Asimismo, la investigación señala que EE.UU ha infligido más de 1.9 billones de dólares en daños a otros países por los efectos de sus emisiones (GEI).
Esta situación lo coloca por delante de China, Rusia, India y Brasil, que son los siguientes mayores contribuyentes al deterioro económico global a través de sus emisiones. Combinadas, estas naciones son las causantes de un total de $6 billones en pérdidas, lo que se traduce en alrededor del 11% del PIB mundial anual, desde 1990.
Impacto climático desigual
El estudio antes citado proporciona por primera vez datos para demostrar que las emisiones de un país se pueden rastrear hasta un daño específico y señalar su responsabilidad al avivar la crisis climática.
Para ello, los expertos combinaron una serie de modelos diferentes, mostrando factores como las emisiones, las condiciones climáticas locales y los cambios económicos, que ayudaron a determinar el impacto preciso de la contribución a la crisis climática.
Los hallazgos revelaron una desigualdad entre las naciones ricas en las latitudes del norte, como América del Norte y Europa, que han impulsado el detrimento ambiental pero, no han sido perjudicadas económicamente, pues incluso se han beneficiado.
Por ejemplo, Canadá y Rusia han obtenido beneficios de temporadas de cultivo agrícola más largas, en tanto, regiones más pobres que se ubican en los trópicos o las islas del Pacífico —que han hecho menos daño económico— padecen la peor parte.
El daño de la nación con más emisiones podría ser aún más alto
Durante la investigación no se consideraron aspectos que no están incluidos en el PIB, como la pérdida de biodiversidad, el daño cultural y las muertes por desastres, lo que significa que el efecto podría ser en realidad mucho mayor.
Lo que ya es una realidad en varias zonas, como lo indica Justin Mankin, geógrafo de Dartmouth y coautor de la publicación: «En lugares que ya son calurosos, es más difícil trabajar al aire libre, la mortalidad por el calor está aumentando, es más difícil cultivar».
«Países como EE. UU. han dañado desproporcionadamente a los países de bajos ingresos del sur global y han beneficiado desproporcionadamente a los países más fríos y de mayores ingresos del norte global»
Justin Mankin, geógrafo de Dartmouth.
Nación con más emisiones debe asumir su responsabilidad
Las conversaciones para presionar a las naciones con más emisiones contaminantes están en aumento. Los países en desarrollo y activistas climáticos están buscando cambiar la postura que deslinda a las primeras de su responsabilidad, antes de la próxima Cumbre Climática (COP27).
Anteriormente, EE.UU., que genera alrededor de una cuarta parte de todas las emisiones hasta la fecha, se ha resistido a establecer un fondo de «pérdidas y daños», citando temores de ser legalmente responsable del consumo de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y gasolina.
Pero esto podría cambiar. Una alianza de jóvenes activistas de más de 40 países escribió al presidente de la COP27, para instar a la acción sobre el impacto que causa la nación con más emisiones. La carta afirma que el cambio climático incrementa la crisis humanitaria, afectando desproporcionadamente a lugares pobres del sur global.
Además de señalar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que hasta el momento 3,600 millones de personas viven en áreas altamente vulnerables a los desastres climáticos.
El tiempo de actuar es hoy
El documento, que representa una forma de resistencia, apunta que: «Durante demasiado tiempo, los esfuerzos para reducir las emisiones y aumentar la adaptación han sido totalmente inadecuados y excedieron la capacidad de adaptación de las personas […]. Por ello, hoy es momento de que se aborden los daños».
Ante esto, el progreso ha sido tenso. Los países ricos han perdido el tiempo en la promesa de proporcionar $100 mil millones en ayuda climática a los vulnerables y cualquier vía legal para obtener pruebas sobre las actividades de EE.UU. o China se complica por el hecho de que ninguno de los dos reconoce la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia en La Haya.
Por lo que el estudio de Dartmouth College podría significar un paso adelante para cuantificar las afectaciones ecológicas y económicas que deja la nación con más emisiones GEI, junto con otras. En este sentido, Carroll Muffett, directora ejecutiva del Centro de Derecho Ambiental Internacional, destaca que: «Nos estamos moviendo lentamente hacia algún tipo de responsabilidad por esto. A medida que aumenta la evidencia y se establece el historial de obstruccionismo de EE.UU. en el contexto climático, no creo que ni otros países puedan escapar de su responsabilidad a perpetuidad».
¿Permitirá el estudio que los países asuman sus obligaciones y actúen para revertir el daño ocasionado? Eso lo sabremos posiblemente en la COP27.
Fuente: Expok News